No me olvido...

Escuchó un ronroneo sordo y algo salió de entre los girasoles; la figura felina de Totó buscaba cobijo y de un salto acurrucó su pelaje entre sus brazos. Hasta él había cambiado. Sin duda no era el cuento que ella recordaba ni el final que tenía pensado. Kansas podía esperar.
Aunque el final que propone la tira tampoco está mal.
Comentarios
Tienes razón, el hogar puede esperar un poco más ;) Nos vemos al final de las baldosas azuladas.
Me encanta que te hayas acordado de mí!!! (aunque quieras quitarme el corazón y el cerebro, ya te vale) ¬¬