Un pétalo en la flor

Hoy te vuelvo a mirar -nunca me canso- y entiendo lo que me dices.
Has crecido en tan poco tiempo que me resulta difícil pensar que haya pasado un año. Un año.
Quiero reír, bailar, celebrar que hoy estoy contigo y rezo por que siempre sea así.
No podría pensar lo que sería una vida sin ti. Ahora no. No.
Me aceptaste en tu mundo y ahora no hay forma de que pueda salir de él. Te quiero.
Te entregué todo lo mío y lo guardaste bajo llave dentro de burbujas de cristal azul.
Pídeme lo que quieras, ya lo sabes. Todo tuyo fui, soy y seré. No hacen falta más palabras.
Sólo te pide que sigas creciendo ante mí, ante mis ojos. No pido nada más.
Vivirás la vida que te corresponde y seré testigo, como hasta ahora.
Seguiré mi vida tras tus pasos ofreciendo mis manos para que te apoyes. No las sueltes nunca.
Déjame contarte un secreto. Me ha dicho el sol que contigo es más feliz y calienta más.
Todas las estrellas, celosas, insisten en brillar más por querer compararse a la luz que desprenden tus ojos.
La luna se ofreció para acunarte los días que no estuviera contigo. Fue un pacto secreto.
Me cuentan las flores que desde tu llegada, para ellas siempre es primavera. Son felices.
Desde aquí te quiero felicitar. Lo has conseguido, has logrado llegar. Y nada cambia.
Te esperan más, muchos más. Pero ninguno como éste.
Hoy podrás alzar tu pequeño dedo y presumir que ya lo tienes. Uno. Tienes uno.
Hoy soy un poquito más feliz. Mi flor de invierno está creciendo.
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TQ.